
Por: Pascual E. ALEJO RETTIZ
Que, peruano que ama y quiere a la patria en su sentido humano de dignidad e identidad plena, puede asomarse a decir que el acusado Fujimori es inocente. Nos, lleva a elevar nuestra voz ante ciertos comentarios de los malsanos políticos quienes atisbaron en la década de 1990 al 2000 todos los espacios de la vida económica, política y social del Perú, en beneficio personal y de grupos.
Estos peruanos más allá de luchar y poner en su lugar a los amasadores de fortuna fácil, aplaudieron y convivieron orondos. Ese Perú de entonces estaba regido dictatorialmente por las mentes gemelas: Fujimori – Montesinos, y que costó a todos los peruanos años de lucha para rescatar esta débil democracia. Entonces, eso que el Perú apoya a Fujimori es, ¡falso!.
No, podemos olvidar que algunos ciudadanos fujimoristas en confabulación con la familia del acusado Fujimori estén manifestando en gran bulla, por los medios de comunicación, por “encuestas parciales pagadas”, por el boom de las paredes pintadas en casi todo el Perú, con esos clichés de avisos psicosociales, como: “libertad, el chino es inocente”; “Keiko Fuerza 2011”, astucia política atendida por quienes conciben el sueño de verse nuevamente en el poder.
El peruano común y corriente, en todos los estamentos de la vida social NUNCA debe olvidar los actos de corrupción y de lesa humanidad que el acusado Fujimori por un lado es el ‘autor intelectual’ y por otro lado el acusado Montesinos quien espera otras condenas más, es quien dirigió dichos actos por orden de “su presidente Fujimori” que, desaprueba el Perú y el mundo.
Aclaramos, el alarde que hace el fujimorismo de la pacificación del país frente a los terroristas, fue todo un proceso (1980 – 1990) de labor de inteligencia, de preparación, de acciones policiales y militares que colmaron la expectativa para derrotar al PCP-SL y al MRTA, pero de ninguna manera fue un triunfo del fujimorismo dictatorial. Es falsa esa pretensión que, la prensa de aquellos tiempos informaron sesgadamente la verdad del proceso histórico de la lucha contra-subversiva.
La pronta condena ejemplar a un ex presidente del Perú, será un precedente de jurisprudencia, para que otros gobernantes nunca repitan todos los actos reñidos con el honor, con la moral y la ética, con la dignidad, con la conciencia y con la libertad. Un ejemplo al mundo de este siglo XXI.