NAVIDAD ANDINA
Por: Pascual E. ALEJO RETTIZ
Nuestros hermanos de los andes peruanos, aquellos hombres agricultores y pastores de las altas zonas del país, en cada diciembre son quienes viven su propia navidad; quizás en el presente siglo su suerte este cambiando, más aun cuando está casi cerca el año electoral a nivel regional y municipal; ahí como siempre primará la dadiva, consistente en regalos y colas para alcanzar un pedazo de panetón o bizcocho y un vaso descartable de chocolate, incluido un papa Noel gordito, si no existe ese personaje ahí estará un par de payasos que para hacer reír a los presentes, no importa tendrá que lanzar una grosería.
Así, una vez más seremos testigos de los “polistrastos” aventureros, de los oportunistas y peor de los que viven angustiados, con el cuento que ellos marcaran el cambio en sus distritos, provincias y regiones, sin embargo esperan cada cuatro o cinco años para reaparecer con más mañas y artes más finas, marcados con la promesa y la demagogia porque en nuestro país, todo se acepta y todo vale.
Es navidad y el próximo año es la “fiesta electoral. Para la mente oportunista y avasalladora esta fecha tiene un motivo pasional de “compra conciencia”, aprovechando su condición económica y de amparar su deseo en convertirse en el próximo inquilino ya sea de “un palacio municipal” o de la casa del gobierno regional; entonces estos individuos no dudan en invertir unos cuantos Nuevos Soles, ya sea de su bolsillo o de algún préstamo, para luego despertar de sus sueños dorados, algunos en los sillones ediles o regionales, y otros maldiciendo o separándose de sus seres queridos, o lo peor, más endeudados, incluso llegando hasta el suicidio anticipado.
En la vida política nacional del presente siglo, específicamente después de la década del gobierno cívico militar que vivió el país con el fujimontesinismo, nuestros amados compatriotas electores, los que solo tienen voz y voto cada época electoral, han aprendido la gran mayoría a valorar del candidato NO su capacidad intelectual o su nivel académico, sus títulos, sus grados y honores de buen ser humano, o mejor de buen vecino, ese perfil del candidato que debe ser exigible y riguroso NO INTERESA; desde esa década nefasta del nipón, se han venido perdiendo la identidad, la dignidad, los valores éticos y morales, hoy cualquier ciudadano (no importa si fue denunciado por corrupto, genocida o ladrón; no importa si fue sentenciado por corrupto, criminal o delincuente y purgo condena en alguna cárcel del país – pero son libres), si tienen lo suficiente económicamente y ‘regalan más y dan más’ en busca del poder, ellos serán las próximas autoridades en todos los niveles de la Nación.
Entonces el mejor regalo en esta Navidad, para nuestros niños y niñas, es corregir esos males, y saber elegir en las próximas elecciones a ciudadanos honestos y preparados para gobernar con inteligencia, con humanidad y con respeto a esta democracia débil que adolece de verdaderos y buenos líderes.
